ORCOS
En la Primera Edad de las Estrellas, Melkor cometió su mayor blasfemia en lo más profundo de los pozos de Utumno. Capturó a miembros de la recién surgida raza de los elfos, los llevó a sus mazmorras, y con horribles actos de tortura crió una nueva raza esclava: los orcos (yrch), seres creados con formas desfiguradas por el dolor y el odio.
La única alegría de estas criaturas era el sufrimiento de los demás, porque la sangre que corría por los orcos era negra y fría. Su forma achaparrada era horrible: encorvados, con las piernas zambas y rechonchos. Tenían los brazos largos y fuertes y una piel muy oscura. Poseían una gran boca con colmillos irregulares de color amarillento, lengua roja y gruesa, nariz y rostro chatos y los ojos eran rajas carmesíes.
Estos orcos eran grandes guerreros caníbales y a menudo sus garras afiladas y sus colmillos babeantes se veían manchados con la amarga carne y la impura sangre negra de los de su propia raza. Poseían ojos con visión nocturna y habitaban en pozos y túneles.
Al final de la Primera Edad de las Estrellas ocurrió la Guerra de los Poderes, en la que los Valar fueron a Utumno, ataron a Melkor con una gran cadena y destruyeron a sus siervos, y con ellos a casi todos los orcos.
En las edades siguientes los orcos no se mostraron abiertamente y permanecieron en las regiones tenebrosas de la Tierra Media. En la Cuarta Edad de las Estrellas, reaparecieron vestidos con armaduras de acero y puntiagudos yelmos de hierro. Llevaban puñales envenenados, flechas y espadas de hoja ancha. Esta raza de forajidos intentó atacar en diversas ocasiones a los elfos, pero fueron masacrados y ahuyentados.
En la Primera Edad del Sol, el poder de Melkor creció. Con su magia negra crió más orcos, dragones y trolls. Con este nuevo ejército luchó en la Batalla de la Llama Súbita y los elfos fueron derrotados. Siguieron otras guerras y la victoria de Melkor fue total.
Pero el terror terminó. Los Valar, los Maiar, los vanyar y los noldor de Tirion llegaron de las Tierras Imperecederas, se libró la Gran Batalla y Melkor fue arrojado al Vacío para siempre. Aun así, algunos orcos sobrevivieron escondidos bajo oscuras montañas y colinas. Allí se reprodujeron y acudieron a Sauron, quien pasó a ser su nuevo amo. Los orcos le sirvieron fielmente en todas las batallas hasta la Guerra de la Última Alianza, donde de nuevo casi toda la raza orca fue exterminada.
Pero en la Tercera Edad del Sol, Sauron reapareció en la forma de un gran ojo maligno y los orcos que habían permanecido ocultos en lugares malignos y tenebrosos le volvieron a servir. El poderío de los orcos fue en aumento. Además, Sauron creó una nueva raza de orcos mayores: los uruk-hai. Tenían la estatura de un hombre, los miembros rectos y eran fuertes. Aunque seguían siendo orcos (piel negra, sangre negra, ojos de lince, boca con colmillos y garras en las manos), los uruk-hai no temían la luz del sol.
En la Guerra del Anillo, las legiones orcas lucharon por doquier. Pero todo se iba a decidir en una última batalla ante la Puerta Negra...
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